jueves, 14 de mayo de 2009

Eros; una copia del oso


Este es el pequeño Eros, una fotocopia de Cruijff, la primera vez que lo ví.
Misma expresión, mismo morrete e igual de redondo. Y ese caracter extrovertido. Es imposible barrer cerca de él, ¡se me cuelga de la escoba, jo!. Le diga lo que le diga, para él es el rato oficial de juego. Y no puedo quejarme, porque si entro sin escoba su juguete es mi pié. Aunque he de decir que mide la fuerza del mordisco al milímetro. Mis dedos son otros de sus juguetes favoritos y, lo mismo digo, jamas, jamas aprieta. Pero, eso si, su capacidad de juego es increible, siempre le viene bien. Es de los cuatro hermanos, sin duda, el más activo y simpático.